¿Por qué deberías poner música en tu restaurante?

Antiguamente, la gente disfrutaba la comida junto con la música. Los músicos actuaban durante las cenas en la época romana, y los juglares entretenían a los comensales en los banquetes medievales. Hoy en día, el acompañamiento musical durante las comidas es mucho más habitual y la música que se interpreta más variada que nunca. Si diriges un negocio de hostelería -no importa si es un restaurante de alta cocina, un bar de moda o una acogedora cafetería- lo sabes: la música desempeña un papel fundamental en la mezcla comercial. Pero, ¿en qué medida presta realmente atención a la música que pone en su local? ¿Tiene una estrategia musical consolidada o solo utilizas la radio de fondo, o quizás solo pones tus canciones favoritas? Si tienes la tentación de creer que toda la música es igual y que lo que pone no afecta realmente a sus resultados, piénsatelo de nuevo. En el siguiente post te mostramos cinco motivos por los cuales deberías tener una estrategia musical:

1. La música crea el ambiente
   La música es un elemento clave a la hora de crear atmosferas. Las armonías adecuadas ayudan a mantener la coherencia de tu mensaje, complementan tu marca y se integran con tu imagen y decoración. El volumen es un elemento que se tiene que tener muy presente ya que, si la música está alta, los clientes no podrán conversar de forma cómoda y se sentirán molestos. Si diriges un pub o un club es algo favorecedor, pero desaconsejable si diriges un restaurante de alta cocina u orientado a las familias. Por el contrario, poner la música a un volumen demasiado bajo (o directamente dejar la sala en silencio) también tiene sus inconvenientes. En los espacios públicos, la música desempeña el importante papel de crear un espacio personal y privado en torno a los comensales, permitiéndoles charlar y relajarse sin tener que sentir la presencia intrusiva de otros comensales y del personal de sala.
2. La frecuencia y el volumen afectan al sabor de la comida
   La música que pongas puede hacer que tus platos tengan más sabor. Los científicos llevan años estudiando el efecto de la música en el sabor, y han descubierto que reproducir sonidos de tono bajo mientras se come hace que los platos salados sepan mejor; por el contrario, las notas de tono alto realzan los sabores dulces. El volumen también juega un papel importante: cuando el ruido de fondo es demasiado alto, afecta a nuestro sentido del gusto y hace que los alimentos y las bebidas no sepan tan bien. Si quieres realzar el sabor de tus platos, asegúrate de elegir los sonidos adecuados (las cafeterías o panaderías deben poner canciones agudas, mientras que los bares y pizzerías deben optar por melodías bajas y profundas), y mantén el volumen medio-bajo.
3. Las canciones pueden hacer más agradable la espera
   Según una investigación científica, la música puede hacer que las colas sean menos estresantes. Los clientes que esperan no se ponen tan ansiosos y estresados si suenan melodías suaves de fondo. Aunque parezca mentira, se ha comprobado que la música lenta hace que el tiempo pase más rápido que la música acelerada. Si tienes una cafetería muy concurrida, asegúrate de empezar el día con una música agradable y lenta, para endulzar el estado de ánimo de tus clientes mientras hacen cola para tomar su café matutino.
4. El tempo de la música influye en el ritmo de la comida
   Se ha comprobado que la música de fondo influye poderosamente en el ritmo de comer y beber de la gente: cuanto más rápido es el ritmo, más rápido terminan su pedido y se van. La lección para los restauradores es clara. ¿Dirige usted una cadena de restaurantes de servicio rápido o un bar y quiere atender rápidamente las mesas? Entonces, anime a sus comensales y acelere su ritmo de comida poniendo canciones rápidas y de ritmo alto. Si, por el contrario, diriges un restaurante de lujo, conocido por su ambiente romántico, asegúrate de mantener la música de fondo baja y lenta. Los investigadores descubrieron que cuando suena música suave, los comensales comen despacio pero también tienden a gastar más, ya que es más probable que se queden en la mesa para tomar el postre y el café.
5. Puedes aumentar el gasto con el ritmo adecuado
   La gente utiliza la música como una poderosa señal para interpretar un lugar, y los restauradores inteligentes pueden sacar provecho de ello. Por ejemplo, los estudios demuestran que los restaurantes que tocan música clásica o jazz se perciben automáticamente como de clase alta -y por tanto más caros- que los que tocan canciones de pop o rock. Puede utilizar esto a su favor: si tiene un restaurante de servicio rápido o un restaurante familiar, ponga música pop y rock contemporánea para dar un ambiente relajado. Si diriges un restaurante de alta cocina, pon música clásica o clásicos del jazz. Es más probable que te perciban como alguien con clase y que atraigas al tipo de comensales adecuado.

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La música puede contribuir en gran medida al ambiente de tu restaurante, además de ser relativamente barata y fácil de controlar. Si diriges una cafetería, un bar o un restaurante, no dejes que cualquiera elija las canciones que deben sonar. Puede que al jefe de camareros le guste el rap, mientras que al cocinero le guste el blues, pero antes de ceder a los gustos personales, pregúntate: ¿es éste el ambiente adecuado? ¿Crea esta música el ambiente adecuado? ¿Encaja con lo que representa mi marca? ¿Atrae al tipo de clientes adecuado y apoya mis objetivos comerciales? Piensa en ello como en un condimento: una especia equivocada, o una cantidad errónea, puede arruinar fácilmente un plato. En cambio, cuando se añade el condimento adecuado, en la cantidad exacta, el resultado puede ser un plato perfecto que deje a los comensales pidiendo repetir.
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